Para empezar agradezco las “muestras de solidaridad, empatía, adhesión, etc…” , de aquellas personas que no siendo mujeres (o siéndolo parecen no serlo), tratan de apoyar la concientización de esta situación que simplemente va llevando a la muerte a más mujeres cada día, recibidas con ocasión de la marcha #NiUnaMenos del día 3 de junio, sabiendo la mayoría de esas personas a partir de hoy comienzan a olvidar todas esas palabras de adhesión y simpatía, como lo hicieron ellas mismas u otras el año pasado.
Agradezco a Marcelo Tinelli también por seguir siendo consecuente en cosificar a la mujer, demostrando así que cuando una persona está podrida hasta los huesos no tiene vuelta atrás. Ni que hablar de las mujeres que se sirven de ese juego perverso para sus propios intereses egoístas y son el material que se usa en la picadora de carne humana. Cada uno tiene su parte de responsabilidad en esta triste situación. Eso ocasiona que las personas que amamos la libertad
apaguemos la tele, ya que demostrando su gran poder invade todo espacio, infiltrándose
hasta en horas de un canal como C5N, que es el único que está denunciando la
calamitosa situación en la que la Argentina está siendo sumergida. Entonces sin
ese barullo que nos aturde nos ponemos a pensar y a investigar en lugares
diferentes, de los cuales podemos extraer ideas nuevas. Pero lugares, se
entiende, donde extraer ideas positivas y de debate constructivo. No lugares
donde seguir aturdiéndonos, como muchos amigos pretenden al caer en Blogs hermanos, buscando solamente sonidos nuevos que los distraigan de la
realidad.
Dejando de lado las situaciones de violencia extrema que nadie en su sano juicio puede ignorar voy a pasar a otras situaciones y actitudes que para muchas mujeres y hombres están en una zona gris. Situaciones que tenemos que saber reconocer para que no se naturalicen, y pasen a una zona de violencia inesperada. La experiencia me indica que si no ponemos un alto antes que la piedra salga disparada podemos llegar rápido a la avalancha que arrasa a las parejas.
Dejando de lado las situaciones de violencia extrema que nadie en su sano juicio puede ignorar voy a pasar a otras situaciones y actitudes que para muchas mujeres y hombres están en una zona gris. Situaciones que tenemos que saber reconocer para que no se naturalicen, y pasen a una zona de violencia inesperada. La experiencia me indica que si no ponemos un alto antes que la piedra salga disparada podemos llegar rápido a la avalancha que arrasa a las parejas.
Así
es que tengo que agradecer, ahora en serio, la gentileza de Bárbara Bravo, que
me permitió transcribir estas ideas que compartió en su página de Facebook y son la parte final de esta nota:
Violencia
Machista
Amor(far)
Tengo
32 años y soy del selecto grupo minúsculo de minas a las que jamás de los
jamases les tocaron el culo en el colectivo, ni un familiar se aprovechó de mi
vulnerabilidad cuando niña, ni hubo parejas que me violentaran fisicamente a lo
largo del desarrollo de mi construcción de vida. Hubo dos o tres situaciones en
las que un varón me amedrentó (mostradas de pija, un peruano que me siguió 3
cuadras diciendo nombres de chicas, el loco del 2do al frente que a los gritos
me dice RADIANTE COMO SIEMPRE SEÑORITA BARBARA DICHOSOS LOS OJOS QUE LA VEN MI
ALMA SUSPIRA y otras grasadas inenarrables), sin embargo creo, entran más en el
terreno simbólico. Nadie rompió mi cuerpo para alcanzar mi alma.
Pero,
hubo un momento en mi vida emocional en que me crucé con un sujeto que estaba
decidido a someterme. El tipo creía firmemente en que eso que profesaba era
amor. De hecho, no es en lo absoluto un hijo de puta. Tiene buena calidad de
persona. Realmente le deseo lo mejor en todo lo que emprenda.
Pero
esta sociedad está enferma. Educamos en términos enfermos. Y el mal siempre
busca colarse por los canales más puros de nuestras intenciones.
Al
principio todo fue pasión y risitas. Pero la pasión y las risitas duran
aproximadamente 3 a 5 semanas. El correr natural de la vida cotidiana plantea
escenarios comunes para la expresión de las inseguridades y el despliegue de
las estrategias de sometimiento más miserables.
Primero
fueron mis amigos el problema... eran muchos y casi todos varones.
Luego
fueron las amigas de él: no tenía, entonces yo estaba mal si tenía amigos del
sexo opuesto.
Después
fue la intimidad de mi mail: no podía tenerla si realmente estaba comprometida
en esa relación.
Mi
messenger
Mi
celular era revisado semanalmente
Me
envolvía en su lógica enferma: si yo lo quería y quería aprender a amarlo,
debía operar de la misma manera que él. Debía estar pendiente de el las 24 hs
de una manera enroscada, horrible, enferma. Si eso no me nacía, yo estaba mal.
A
las risitas sobrevino esa incomodidad horrible que a algunas parejas parece
encantarles pero q a mi me tenía llorando 2 veces por semana: nunca está todo
bien, SIEMPRE está todo mal, cualquier cosa que digas puede terminar en una
super discusión. Y siempre pero siempre siempre salís lastimada vos, que sos la
que de entrada no quería discutir. Pasa que sos media boludita viste, menos mal
q sos linda.
Te
envuelve ese capullo de culpas. Te culpás por todo de antemano... Sos sumisa de
su dominio y te auto controlás. "No, este viernes no voy a ir a tomar una
birrita después de la cursada con las chicas, mejor me voy a casa o el gordo se
va a enojar. No lo veo esta noche pero si sabe que me quedé después de hora en
La Barbarie se pudre todo...no, mejor me voy" Y te vas nerviosa, frustrada
y deprimida.
Cualquier
cambio en mi rutina estaba MAL, y conllevaba un griterío de horas y horas sobre
lo mala que era yo, o peor, pelotuda, por no considerar que ÉL se iba a tomar a
mal que fuera a estudiar a la casa de una compañera de cara a un parcial.
Llegué
a sobresaltarme cada vez que me sonaba el teléfono. ¿entendés? Me daba miedo
que me llamara, me ponía mal, me angustiaba, me ponía ansiosa, me sentía como
en la previa a que me caguen a pedos. Me temblaban las manos. Y además tenía
que disimular tooooooodo eso delante de las demás personas de mi vida, mis
compañeros, mis amigos, mi familia...
Eso
no puede ser amor.
No
es amor, es algo podrido y feo, infectado.
Estaba
flaca, apática, FEA
¿sabés
que es lo peor?
Extrañé
a ese tipo y a esa forma de mierda, de absoluta MIERRRRDA de querer durante 2
años después de pegarle un boleo en el orto.
Dos
años.
Me
embronco de acordarme mirá.
Un
año y un par de meses y sangre, sudor, bocha de reflexión me consumió volver a
ser algo parecido a la pibita hermosa que había sido antes de esto.
Nunca
más de los nuncamases expresé de manera manipuladora una inseguridad. Ni volví
a dejar que un tipo me trate así solo porque me ama.
Me
construí libre, que es lo que siempre anhelé. Aprendí a amar libremente,
intensamente, y a ser amada de la misma manera. Se siente como descubrir un
universo nuevo, pero también un poco como volver a casa. Mi amor ahora es la
medida de mi libertad, se entretejen uno con otra, y en eso me hago yo. Elijo
hacerme cargo de mis fantasmitas si los tengo, y no colgarle esa mochila a un
otro. Tampoco dejo que los fantasmitas de otro me embrujen la casita.
Basta,
chicos.
Agradezco
a Odin el compañero que ¿tengo?
(feministas del lenguaje a mi). Lo admiro y lo amo profundamente.
Inspiración para lo mejor de mi.
Pero
nunca me voy a olvidar lo que viví en la Tierra de las Ilusiones Machistas,
donde varones y mujeres se lastiman miserablemente a fin de declararse algo que
hace demasiado tiempo dejó de ser amor. Donde el resultado más feliz, -porque
claro, el corolario infeliz, infelizmente reiterativo, es el que nos impulsa a
salir enojadísimas a la calle toda vez que nos sentimos vulnerables de terminar
en una bolsa, en una zanja o cubiertas con cal por darle un boleo en el orto a
un mengano intenso-, es este canibalismo de las voluntades, de los cuerpos, y
de la posibilidad de construir amor conjuntamente.
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